Decálogo de un escritor
- Si no tiene algo importante que decir, mejor no decir nada. Escribir por escribir
es dejar la inteligencia en casa y tirar la estupidez por la ventana. - Se aprende a escribir escribiendo de continuo, sin tener en cuenta el tiempo ni
la hora, ni tampoco el ruido que pueden hacer los vecinos. A fuerza de caer, la
gota de agua perfora la piedra. - Las palabras por sí solas carecen de valor. Su valor radica únicamente en todo
aquello que se les coloca dentro. La vaciedad del verbo en un escrito, lejos de
denotar que el verbo está vacío, denota que lo que está vacío es el cerebro de
quien lo maneja a su albedrío. - Hay que escribir como se habla. Quien habla de una manera y escribe de otra
diferente revela que miente cuando escribe o que miente cuando habla
incuestionablemente. - Nada sale perfecto del horno del intelecto. La perfección se obtiene luego del
parto, mediante un proceso minucioso y largo de corrección y reestructuración
del texto escrito al correr de la pluma al primer intento. - Para ocupar un sitio de vanguardia en el campo de las letras es necesario
previamente ocupar un sitio de vanguardia en el campo de las ideas. Las que
marchan por detrás de las corrientes del pensamiento de las masas populares,
no pueden pretender marchar por delante del pensamiento de las corrientes del
arte, que son en definitiva el resultado de las aspiraciones y necesidades de ese
mismo pueblo y de esas mismas masas. - A la literatura la crea el pueblo. El escritor no hace más que darle forma de libro.
Elías Castelnuovo (Uruguay)
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